sábado, 6 de marzo de 2010

Wall-E: Un mensaje para todos








Esta película de animación, elaborada por los estudios PIXAR y distribuida por Disney, está destinada a convertirse en un clásico en su género. Reconocida con un Oscar, un Globo de Oro y un premio BAFTA, todos por mejor película animada, se atreve a denunciar sin reparos ni temores el futuro de La Tierra y de la raza humana de continuar fomentando el hiperconsumismo. La película enfoca su atención en cómo los humanos contaminaron el planeta hasta el punto de hacerlo inhabitable y cómo la raza humana evolucionó hasta prácticamente perder la facultad de moverse, debido a la obesidad mórbida que desarrollaron los seres humanos. El hiperconsumo puede llegar a convertirse en una droga terrible; el individuo que se rebela contra esta forma de sociedad, aunque sea solamente para señalar sus peligros, suele ser rechazado de inmediato y en cierta manera, acusado de socialista/comunista, de pertenecer a un grupo desestabilizador del sistema, como si se viviera en la época del Senador Joe McCarthy, el cazacomunistas de los años 50 del siglo XX. Pocas son las películas que se atreven a tocar temas como los diamantes de sangre y el tráfico del coltán en África, donde el hombre destruye al hombre y al planeta a la vez.

Es por ello que esta película es muy valiente al denunciar el futuro que no queremos para la raza humana. No se trata de Capitalismo, ni de Neoliberalismo, ni de Comunismo, ni de la Tercera Vía de Anthony Giddens, ni del Socialismo del Siglo XXI. Si comenzáramos a cambiar desde hoy mismo nuestro patrón de consumo, incluso ya sería tarde. La sociedad de la obsolescencia programada es insostenible. No se puede comprar un auto hoy para comprar otro dentro de dos años. No se puede crear una sociedad de obesos inmóviles mientras otros se mueren de hambre; la película Super Size Me, fue un ejemplo de la pseudoalimentación que nos impone la sociedad del hiperconsumo, donde todo es pantagruélico.

Lo que podemos hacer en todo caso es disminuir la velocidad a la que destruimos nuestro planeta , o extender un poco más el tiempo que podremos sobrevivir en el mismo. Es por ello que existe hoy en día tanto interés en el reciclaje, en la reducción de la cantidad de material de empaque por producto, en los envíos a granel o "bulk packaging", en la disminución de la utilización de combustibles fósiles por formas más limpias de energía, en fomentar la responsabilidad social de las empresas con el medio ambiente que les rodea, en certificar que todo sea "green"... Pienso que se están haciendo algunos cambios, pero aún falta mucho por hacer.

Esfuerzos como la Cruzada que está realizando el ex vicepresidente americano Al Gore, con su documental ganador del Oscar An Inconvenient Truth y el reconocimiento del que ha sido objeto, un premio Nóbel en conjunto con el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, dan buenas señales para el futuro. Los más radicales continúan sosteniendo que nada ocurre. Estoy escribiendo esto desde una laptop Dell en una localidad en la que antes no podía abrir las ventanas a esta hora, dado el frío que hacía, llegando incluso a los 8°C en los meses más fríos (Enero y Febrero). No soporto el olor a quemado y la ceniza que me llega todos los días, ya que hemos alcanzado temperaturas de 33°C en Febrero que han provocado incendios masivos en todas las montañas cercanas. Las noches se han vuelto muy calurosas. Estamos haciendo un esfuerzo de ahorro increíble para no quedarnos sin agua y sin electricidad, ya que ésta última proviene en un 70% de varias centrales hidroeléctricas que se encuentran lejos de la capital, en un estado donde la lluvia era omnipresente. Pero debe ser que estoy viviendo una fantasía, todo es normal, todo se explica por El Niño y La Niña. Los gigantescos icebergs que se están desprendiendo de la Antártida también deben ser imaginarios.

La crisis financiera que comenzó en el 2008 no la generó la advertencia sobre el calentamiento global o el modelo de consumo, tampoco la generó el fantasma del Comunismo, mucho menos la generó el terrorismo de Al Qaeda. La generó el propio sistema capitalista, cuando instó a endeudarse a millones de personas que serían incapaces de pagar sus deudas luego. ¿Dónde quedaron la Gerencia del Riesgo, las Auditorías de los Estados Financieros de las corporaciones, la Ética empresarial? Se impuso quizás el silencio y la complacencia de todos por colocar unos indicadores financieros ficticios, que por levantar la voz y decir la verdad.

Wall-E es una bofetada a todos aquellos que aún continúan cerrando los ojos. Para los que ya los abrimos, nos produce una inmensa satisfacción de que algunos visionarios estén utilizando estos canales masivos para comunicar de una manera efectiva a las nuevas generaciones el cuidado que debemos tener con nuestro planeta, si no queremos sobrevivir en un gigantesco basurero.

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