martes, 18 de junio de 2013

La tecnología digital vs. el papel higiénico: comercial de Leo Burnett para Le Trefle




El papel higiénico nunca puede pasar de moda (al menos en Venezuela, todos los días se habla de él, por su ausencia casi total en los anaqueles de los supermercados). Por ello, decidí colocar este comercial producido por la Agencia Leo Burnett de París, Francia, que ha sido ampliamente difundido en las redes sociales, realizado para la empresa fabricante del papel higiénico Le Trefle. Es un comercial interesante, porque va mucho más allá de la situación tan simple e hilarante que presenta, un ejecutivo que presume de su gadget tecnológico (un IPad, en este caso) frente a su esposa, burlándose del libro impreso, del lápiz y el papel, para terminar siendo burlado por su propia tecnología moderna. ¿La conclusión inevitable? Somos humanos y tenemos necesidades humanas, que no pueden ser cubiertas por ningún aparato electrónico de moda.

Es un comercial que nos hace pensar sobre el uso y el abuso de la tecnología. La tecnología nos une, pero también nos separa. Los jóvenes de ahora, en muchas ocasiones, parecen zombies dependientes de los teléfonos inteligentes y de aplicaciones como Whatsapp. Crean redes, se unen entre ellos, pero transitan con una indiferencia total entre todas las personas que les rodean, entre las personas que se sientan con ellos en los autobuses, en el Metro, entre sus propios familiares y entre sus compañeros de trabajo, e incluso van al cine y no pueden desconectarse de la tecnología.

¿Se imaginan un apagón tecnológico? ¿Un día sin conexión celular o sin Internet? ¿Qué haríamos en ese día? ¿Y si durara una semana, un mes, un año? Quizás descubriríamos a nuestra familia, a nuestros amigos, a quienes tenemos alrededor, a quienes quizás no les demos importancia por estar demasiado concentrados conversando con gente a la que quizás ni siquiera le importemos mucho. La tecnología nos permite ahorrar tiempo mediante Bancos virtuales, compras virtuales, correos electrónicos, perfiles en Internet, almacenamiento en la nube, etc., pero también nos reclama en pago el poco tiempo libre que nos queda. Como cualquier actividad realizada en exceso, el interés por la tecnología puede convertirse en una adicción. Al final, la tecnología no puede remplazar la riqueza del contacto humano, aunque pueda crear androides casi humanos.

 Ojalá que un día comprendamos que la tecnología debe estar a nuestro servicio y no para que nosotros estemos al servicio de la tecnología;  debe servir para unirnos y no para separarnos, debe servir para la paz, para la cultura y para el entendimiento y no para la guerra y el enfrentamiento.

Que pasen una feliz semana todos los lectores y que Dios los bendiga a todos, a los que están cerca y a los que están lejos.