jueves, 27 de diciembre de 2012

La mente hace al cuerpo y el cuerpo hace a la mente: la importancia del lenguaje corporal en la construcción de nuestra identidad



En este blog, ya he escrito en oportunidades anteriores sobre la importancia del lenguaje corporal, el "body language", que resulta ser más importante que la comunicación verbal, según se ha comprobado en estudios realizados desde hace varias décadas.

Cuando estos estudios sobre el lenguaje corporal se combinan con la ciencia, con el estudio de los cambios fisiológicos o neuronales, el tema se vuelve aún más interesante. En este caso, la psicóloga social Amy Cuddy presenta una charla en la plataforma TED sobre el efecto del cuerpo sobre la mente. El video fue publicado hace apenas unos tres meses y ya cuenta con más de 2 millones 600 mil visitas.

Como es bien sabido, la evidencia sobra para saber que la mente afecta el cuerpo, que somos lo que pensamos. Si experimentamos placer, nuestro cerebro se inundará de serotonina y nos sentiremos caminando "entre nubes"; si experimentamos angustia o miedo, llenaremos nuestro cuerpo de cortisol y de adrenalina. Pero, ¿qué tal si las actitudes corporales, pudieran afectar el funcionamiento de la mente? ¿Es decir, si el cuerpo fuera capaz de afectar la mente, la manera en que pensamos? Parece un argumento un poco alocado, si lo vemos a la ligera. Pero me viene enseguida a la mente la ecuación más conocida de Albert Einstein, la igualdad entre materia y energía. La materia puede convertirse en energía, pero la energía también pudiera convertirse en materia. Pues esta sicóloga social apunta en el mismo camino. ¿Nuestro cuerpo puede afectar nuestra mente?

Pues resulta que sí. En sus experimentos, ella demostró que asumir una imagen corporal de triunfador, puede modificar la manera en que pensamos, un comportamiento muy similar al encontrado en los primates superiores. ¿Cómo lo pudo demostrar? Midiendo las concentraciones de cortisol (la hormona del estrés) y de testosterona (la hormona de la dominación y la asertividad, por colocarle algunos atributos) a dos grupos de individuos: a uno de ellos, les solicitaba asumir una imagen de triunfadores, mientras que al otro les solicitaba asumir una imagen de derrotados, de sumisión). Resultó que el grupo que proyectaba una imagen de triunfo tenía una concentración de cortisol menor y una concentración de testosterona mayor que la del grupo que proyectó la imagen de "perdedor". Esto nos hace pensar... ¿Cuántas veces proyectamos frente a otro una imagen de triunfo? ¿Cuántas veces proyectamos frente a otro una imagen de derrota? Todo indica que tenían razón nuestros abuelos y nuestros padres, cuando intuitivamente, previo a cualquier situación generadora de estrés, nos decían: "¡Levanta la cabeza! ¡Ánimo! ¡Sé fuerte! ¡Vas a lograrlo! Pues al final, lo que querían era generar en nosotros estas actitudes que nos llevaran al triunfo, a destacarnos entre los demás, a ser los triunfadores.

No significa esto que Ud. deba "pisotear" al resto de la humanidad. Lo que quiero decir acá, como planteó en el pasado siglo XX el psicoanalista Erik Erikson, es que SI EL OTRO NO LO QUIERE A UD., ENTONCES UD. DEBE QUERERSE A SÍ MISMO. Y dos mil años antes que Erikson, Jesús ya lo había dicho, cuando le preguntaron cuál era el mandamiento más importante: AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Y AL PRÓJIMO COMO A TI MISMO. Si Ud. no se quiere a Ud. mismo, ¿cómo va a querer entonces a los demás? Comience por tener una autoestima fuerte y verá cómo los demás comienzan a valorarlo también. Ud. puede sentirse por el suelo: a lo mejor sufrió recientemente alguna pérdida, o no logró el éxito que quería, o quizás los problemas le agobian, pero la imagen que proyecta ante los demás debe ser siempre la imagen de TRIUNFO, hasta que su mente lo convierta en un triunfador. ¿Es difícil? Muuuuy difícil. ¿Pero sabe qué? Agachar la cabeza es autocondenarse de por vida a ser una víctima de las circunstancias y de cualquier persona que quiera hacer leña del árbol caído.

Ud. decide, si quiere dar sombra como un árbol frondoso, o si prefiere dejarse descomponer en la tierra. El Señor quiere que Ud. levante la cabeza y que viva a plenitud.

Feliz fin de semana para todos los lectores y que Dios los bendiga. Recuerden que sus familias los necesitan en este 2013 y de seguro son importantes para alguien, por lo que si van a manejar, por favor sean precavidos con el alcohol. Reciban el mejor deseo de este bloguero para el nuevo año. Ojalá les sea útil alguna recomendación de las que he dado en este blog. ¡Feliz Año 2013!