lunes, 22 de marzo de 2010

Psycho: jugando con el miedo



"Compre repuestos originales", pieza realizada por la agencia Giovanni+Draftfcb de Brasil para la Fiat. Este impreso juega con el miedo, una de las emociones primarias más poderosas, pero también presenta un pequeño problema: está dirigido específicamente a un target mayor de 40 años, ya que las últimas generaciones ni siquiera saben quién era Norman Bates, ni Alfred Hitchcock, ni Psicosis, a menos de que sean estudiantes de cine... No es de su época, tan sencillo como eso. A nosotros los cuarentones, que al menos crecimos con el conocimiento de la película Psicosis, sí nos llega el mensaje. A finales de los años 90 se hizo un remake de la película donde Vince Vaughn interpretaba a Norman Bates, pero fue lamentable: nada más lejano de la actuación de Anthony Perkins en la primera Psicosis (después se hicieron otras tres, con resultados poco alentadores).

Todos conocemos lo terrible que es quedarse accidentado en la mitad del camino. Gracias a Dios, casi siempre me ha sucedido en estacionamientos o en el peor de los casos, en la calle de día. Pero un problema nocturno, donde la única persona que nos puede ayudar es un asesino en serie, es realmente dramático... Es por eso que uno debe cuidar su automóvil con piezas originales, siempre que sea posible... A mí el aviso me impacta más, porque conozco la trama de Psicosis, y actualmente tengo un Fiat...

Chupa Chups: impresos creativos, pero...





Estos impresos de Chupa Chups, la archiconocida empresa española de pirulines o chupetas, fabricantes de esta golosina desde 1958, fueron Ganadores del León de Cannes en el año 2006, en su mención bronce y en la categoría exteriores. No se puede negar la creatividad de la agencia (DDB España) al construir un modelo de una molécula química con Chupa Chups, en el cual los átomos están simbolizados por la parte dulce y los enlaces químicos por el tubito de cartón. En el otro caso, también se trata de una molécula, pero mucho más compleja: la referencia es inmediata a la doble hélice del ADN (ácido desoxirribonucleico), la molécula que permite transmitir nuestro código genético de generación en generación con base en las secuencias de los nucleótidos que lo componen. Quizás el creativo pudo haberse inspirado en el Atomium de Bruselas (construido para la exposición mundial de 1958, justamente el año en el que nació el Chupa Chups), o bien en los mismos bloques de Lego, el juguete danés del que ya hablamos en este blog.

Sin embargo, existe a mi parecer un pequeño "pero...". Si bien no se puede negar la originalidad del impreso, en una época en la cual existe un cierto "awareness" por las sustancias que introducimos al cuerpo, quizás no sea lo más conveniente promocionar los Chupa Chups dando a entender que está formado por productos "químicos", que la gente común tiende a asociar con "artificiales". Todos sabemos que los caramelos están constituidos por muchos saborizantes y colorantes artificiales, pero... ¿necesitamos que nos lo recuerden tan explícitamente? En especial a los padres, que deberían preocuparse por lo que comen sus hijos.

Adicionalmente, se corre otro riesgo al recordarle al público objetivo (niños y jóvenes) una asignatura que en muchas ocasiones no se "procesa" adecuadamente a la tierna edad, como lo es la química. Estos dos factores unidos pueden provocar incluso un efecto de mercadeo no deseado. Pero dejemos esto a la empresa Chupa Chups. También hay momentos en los que se necesita un sabor y un colorante artificial para alegrarnos la vida. Para esos instantes, contamos con las golosinas y las chucherías, afortunadamente...