miércoles, 5 de mayo de 2010

El poder de un mensaje optimista



Esto no es un blog de orientación psicológica o de ayuda religiosa, ni pretende serlo. Es un blog sobre comunicaciones, publicidad y mercadeo. Simplemente, decidí colocar este post porque en ocasiones estamos desesperados porque algo ocurra, ese algo que creemos imposible y que pensamos que jamás ocurrirá. Tendemos a elaborar un panorama del futuro posible basados en nuestra condición presente, sea buena, regular o mala, olvidando que en muchas ocasiones, la relación no es lineal, sino que es una función de gran complejidad de variables desconocidas.

Sin embargo, la vida me ha enseñado que nada ocurre al azar. Nada es casualidad, todo tiene un orden y una razón en el Universo perfecto de Dios. Una aparente desgracia, puede ser la salvación de otra desgracia mayor, o bien el camino para encontrar la felicidad. Los cuentos jasídicos, son un buen ejemplo de esta filosofía.

No sé a quién darle el mérito de este mensaje. Un simple grafitti en una pared, con un mensaje optimista demasiado poderoso. Un mensaje que trasciende la ruinosa pared en la que está pintado para convertirse en la mente del lector en la fuerza motivadora mayor que existe: la FE, también conocida con el nombre de esperanza. Todo tiene su hora y su lugar. Este mensaje, en definitiva, es uno de los pocos grafittis que considero que valen la pena. Los que han trabajado en investigación y desarrollo, entre los cuales me incluyo, saben bien que un descubrimiento o una mejora o un cambio positivo requiere de mucho esfuerzo y mucha paciencia. No en vano, lo contrario a la FE es la desesperación. Recuerde en los momentos difíciles, que lo imposible es pasajero y que Dios camina a su lado para que pueda llegar aún más lejos.

¿No le recuerda esto un poco la nueva campaña de PEPSI? Mi propuesta es: si quiere hacer publicidad, aproveche y haga algo que no solo venda su producto, elabore también mensajes que sirvan para cambiar el mundo. Como este grafitti, por ejemplo.

Señores creativos de agencias, por favor comiencen hoy a cambiar el mundo, buena falta que hace. No hace falta rebanarse el cerebro, basta la buena voluntad.