jueves, 28 de abril de 2011

La imagen del terror: el grito nuclear de Greenpeace


Esta semana, se cumplieron los 25 años del accidente industrial de Chernobil. Un accidente que trascendió los límites de la propia Planta y del propio país, esparciendo radiación por toda Europa. No deseo profundizar en el tema, porque tengo un post publicado al respecto, el año pasado.

El hecho es que la energía nuclear, pese a los que nos han querido convencer de lo contrario, no es segura. Three Mile Island en EE.UU. (que afortunadamente, no trascendió a problemas mayores), Chernobil en Ucrania y Fukushima en Japón, nos muestran el peligro latente de la energía nuclear. Científicos como el inglés James Lovelock, se han dado a la tarea de intentar convencernos que utilizar la energía nuclear es la única manera de salvar La Tierra para las generaciones futuras y de frenar el daño asociado al calentamiento global, derivado de la utilización de combustibles fósiles.

Greenpeace desarrolló, para la conmemoración de Chernobil, una campaña contra el uso de energía nuclear para la generación de electricidad. En Ucrania, dicha campaña contempló la proyección de mensajes y figuras sobre los reactores de la Central nuclear de Chernobil, como se puede apreciar en las fotos. ¿Qué icono reconocido mundialmente fue seleccionado por Greenpeace para representar el terror que inspiran las centrales nucleares? Pues nada menos que una combinación entre la imagen del personaje del famoso cuadro del pintor noruego Edward Munch, El Grito, y el símbolo mundial de la energía atómica: juntos forman una calavera humana, la imagen de la muerte. Porque el personaje de esta obra transmite un estado de pavor, de indefensión, de paranoia, que se identifica perfectamente con los sentimientos que se generan en los afectados por accidentes nucleares. ¿Cómo defendernos de un accidente nuclear? Aún viviendo en un búnker de paredes gruesas de plomo macizo, ¿qué aire respiraremos, qué alimentos consumiremos, si los alrededores quedan contaminados por décadas? ¿Qué sentiremos cuando la energía que nos benefició, nos amenaza luego con perjudicar nuestra salud?

El Grito. Pura energía humana, tan descontrolada como la que emite una reacción nuclear en cadena. Pero al mismo tiempo, esta energía humana es la misma que en el pasado construyó las pirámides, las grandes catedrales de la antigüedad, las máquinas, los ferrocarriles, los automóviles, los cohetes y las mismas centrales nucleares. Quizás más bien, en lugar de continuar construyendo decenas de reactores alrededor del mundo, sea más valioso investigar sobre otras formas de energía menos contaminantes, al tiempo que debemos convencernos de que no existe un planeta que tolere el patrón de consumo exacerbado al que nos ha acostumbrado el ultraliberalismo adueñándose de los nombres de la libertad de mercado y de la libertad de acción. ¿Hipotecar el futuro de La Tierra a cambio de dinero? El propio exvicepresidente norteamericano Al Gore ha intentado convencernos en estos últimos años de la atrocidad que esta idea ultraliberal representa para nosotros y nuestros descendientes. ¿Es ético que unos pocos, con el apoyo de poderes económicos y políticos, coloquen en peligro a La Tierra, cuando los vientos, las mareas y los animales no conocen frontera alguna, cuando el planeta no está dividido por fronteras ficticias, sino unido por tierras y mares? LA TIERRA ES UN GRAN ECOSISTEMA: LO QUE SE HAGA EN ALGÚN LADO, BUENO O MALO, SIEMPRE TENDRÁ REPERCUSIONES DE CARÁCTER GLOBAL.

En manos de cada ser pensante de esta Tierra, se encuentra la energía necesaria para resolver todos los retos que nos toca enfrentar. Al fin y al cabo, con nuestro comportamiento diario, somos responsables de la sociedad que estamos creando: si escogemos fabricar un saco y meternos en él o si seleccionamos buscar soluciones creativas a cada problema, será la decisión de cada uno de nosotros.

http://www.noticias24.com/actualidad/noticia/244538/putin-chernobil-fue-una-leccion-para-toda-la-humanidad/

http://www.greenpeace.org.ar/blog/etiqueta/nuclear/