domingo, 16 de diciembre de 2012

Agentes aeroportuarios y sobrecargos virtuales: la tecnología digital y la reducción de puestos de trabajo



Hola de nuevo a todos los lectores, espero que se encuentren bien.

Antes de comenzar de lleno con este tema, deseo aclarar que yo NO estoy en contra de la tecnología moderna. Con 43 años, he podido vivir parte de la época "analógica", por llamarla de alguna manera, y parte de la era digital. Recuerdo las máquinas de escribir manuales, los relojes de cuerda, los cassettes, las llamadas telefónicas internacionales a través de operadoras, los teléfonos de disco, las radios de válvulas, la TV en blanco y negro, la prensa en papel... La revolución de las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) nos ha ayudado muchísimo en todas las áreas del conocimiento y hoy es imprescindible tener al menos un mínimo conocimiento de las mismas para desenvolvernos no solo en nuestros trabajos, sino en cualquier actividad diaria de nuestras vidas, hasta en lo más trivial.

Sin embargo, cuando estas TICs comienzan a utilizarse como reemplazo de los empleados de las empresas, la cosa ya cambia un poco. Yo me encontraba en Madrid, en la Terminal T4 a finales de Mayo de 2012, cuando me encontré con esta "Novedad". En aquel momento, no quise escribir nada sobre el asunto porque me pareció demasiado chocante. Pues la verdad es que han pasado más de seis meses desde entonces y me continúa pareciendo tan chocante como a mediados de año. Es cierto que la crisis internacional y en particular, la crisis de la zona euro han afectado a las aerolíneas europeas también, que han tenido que tomar medidas para hacerse más eficientes y sobrevivir. Adicionalmente, se enfrentan al alto costo del combustible y a la competencia de otras aerolíneas de menor costo.

El diario español El País, por ejemplo, retransmite la noticia emitida por Iberia sobre la reducción de 4.500 puestos de trabajo, el 22% de la plantilla laboral de la aerolínea, junto con otra cantidad de recortes (incluso, de sueldo para los empleados que se queden) que tienen por objeto disminuir las pérdidas récord que tuvo en los últimos tiempos y convertirla en una empresa rentable. Recientemente, Iberia anunció la eliminación de varios vuelos a capitales latinoamericanas, en esta misma línea.

Pues obviamente, en un entorno como este, estos sobrecargos virtuales, proyectados sobre una lámina gruesa de acrílico, no despiertan mucha simpatía. No hablo solamente por mí, recuerdo con claridad los comentarios tan ácidos de los propios españoles que estaban en esos días de Mayo de 2012 en la T4 del aeropuerto de Barajas. En especial, para la población que tiene cierta edad, estos sobrecargos o agentes virtuales poco ayudan a realizar los trámites en los terminales de autofacturación para obtener el boleto aéreo y la tarjeta de embarque. No se trata de una simple resistencia al cambio. Se trata de la sustitución del ser humano por una tecnología insensible e inhumana en un lugar que ya de por sí es bastante inhumano, como un aeropuerto, donde el pasajero es sometido, a raíz de los acontecimientos de comienzos del siglo XXI, a exhaustivas revisiones para chequear si es o no un terrorista o un peligro potencial para la seguridad de los otros pasajeros. Un lugar donde se agradece mucho el contacto humano, porque se trata realmente de un lugar de tránsito o un "no-lugar", como bien lo denominan los sociólogos.

¿Tendría razón Schumpeter, en cuanto a su falta de fe en la supervivencia del capitalismo? Lo cierto es que al parecer, en los tiempos modernos, ninguna empresa tiene garantizada su supervivencia por largo tiempo, en particular en las economías más desarrolladas del primer mundo. Para sobrevivir, es necesario realizar cambios que muchas veces no son bien vistos por la gente. El problema es aún más grave: el socialismo tampoco es la respuesta para liberar al hombre, pues termina regresando al capitalismo, por la inviabilidad de sus principios: suponer que todos somos iguales y que tenemos las mismas ambiciones. Quizás la respuesta tenga que ver más bien, como propone el economista venezolano Emeterio Gómez, con la construcción de un capitalismo solidario que piense en el bienestar de la sociedad, para garantizar su supervivencia.

Un excelente fin de semana para todos los lectores y que Dios los bendiga.

http://economia.elpais.com/economia/2012/11/09/actualidad/1352445198_007757.html