viernes, 3 de septiembre de 2010

Experimento con violinista famoso y violín Stradivarius en el Metro de Washington D.C.



Realicemos el siguiente experimento: tome Ud. un violinista de renombrada reputación, preferiblemente que haya sido con anterioridad un niño prodigio. Lléveselo a una estación del Metro de Washington D.C. y permítale llevar su violín Stradivarius de 3 millones y medio de dólares. Organícele un programa de ejecución e incluya piezas de reconocida dificultad para cualquier violinista. Permita que vista solamente unos jeans y una camisa de manga larga, nada de trajes. Que abra el estuche de su violín y lo coloque en el piso, como si fuera un violinista improvisado. Permita que la gente transite normalmente por la estación como si fuera cualquier día. Observe y anote lo que sucede. Contabilice las donaciones al finalizar el experimento. Discuta los resultados. Elabore conclusiones.

Este experimento no es un chiste. Lamentablemente un poco tarde (3 años después...) me enteré, gracias a un viral transmitido por Internet, del experimento realizado por el diario The Washington Post con el reconocido violinista, ex-niño prodigio, Joshua Bell. Durante 43 minutos, estuvo tocando 6 piezas de violín de gran dificultad en la estación L'Enfant Plaza del Metro de Washington, en una mañana de un viernes de Enero de 2007. Unas 1097 personas pasaron frente a él. La mayoría de ellos se dirigían al trabajo, por lo que eran peatones con un cierto nivel cultural y profesional (al menos profesional...). UNA SOLA PERSONA RECONOCIÓ AL VIOLINISTA Y CONVERSÓ CON ÉL, HABÍA ASISTIDO A UN CONCIERTO EN LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO, UN TIEMPO ATRÁS. Tres días antes, Bell había dado un concierto en el Symphony Hall de Boston, con aforo agotado, cuya entrada tenía un valor de 100 US$. En el Metro, Bell recibió alrededor de 32 US$ en total, a partir de 27 personas que pasaron y le dejaron "propina". Todo el evento fue grabado con una cámara escondida.

El significado de la belleza ha sido materia de debate filosófico desde, como menciona el artículo de The Washington Post, la misma época de Platón. Leibniz, Hume y Kant, cada quien tuvo su opinión propia sobre el significado de la belleza. Es la triste realidad: como dijo posteriormente Bell, la gente parecía estar "ignorándome". Básicamente, la inquietud del The Washington Post para realizar este experimento fue la siguiente: ¿sería capaz el ser humano de reconocer la belleza fuera de contexto y en un momento inapropiado?

La respuesta, estimados lectores, es más que evidente. NO. La gente que transita en una estación de Metro solo está pendiente de sus quehaceres cotidianos. Está apegada a una programación mental que le indica a qué hora debe levantarse, a qué hora debe tomar el Metro, a qué hora debe comer y a qué hora debe regresar a su casa. El trabajo de los asalariados se convierte en una rutina agotadora, que lo lleva a la alienación. Buscando desalienarse, el hombre lamentablemente se aliena más: llega a su casa y se pone a chatear con extraños en una computadora o comienza a leer el último best-seller que compró en el supermercado, como diría Ricardo Arjona. Nada de disertaciones filosóficas con la pareja. Nada de pensamientos elaborados: la televisión posmoderna lo terminará de alienar e idiotizar (bien sea en EE.UU. o en la culta Europa), con sus reality shows y sus diferentes "talentos" musicales, llámense Britney Spears, Justin Bieber o The Jonas Brothers.

No se trata solamente de que la música pueda encontrarse fuera de contexto y fuera de momento, en el Metro, en una hora a la que la gente debe ir a trabajar. Se trata de IGNORANCIA. De una supina y grandísima IGNORANCIA. ¿Qué puede esperar Ud. de una sociedad en la que los niños no saben quién es JESUCRISTO pero conocen a RONALD McDONALD? Muchos dirán que es por indiferencia. Les aseguro que si en este experimento se hubiera colocado material POP en las afueras de la estación indicando el personaje que estaba tocando en la misma, hubiera sucedido exactamente lo mismo. ¿Por qué, entonces, asistir a conciertos de intérpretes de música clásica? Pues mucha gente lo hace por ESNOBISMO, sin tener idea de lo que va a escuchar.

En mis estudios de ingeniería, durante el pregrado, tuve la suerte de tomar muchas electivas de ciencias sociales. Recuerdo haber tomado la de música, haber visto y escuchado un video del gran Gidon Kremer interpretando Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, CD que apenas el año pasado pude conseguir en Caracas. Recuerdo haber iniciado luego toda una colección de CDs de compositores barrocos, clásicos, románticos y del siglo XX. Más recientemente, he adquirido DVDs con las óperas más destacadas. No soy músico, apenas estudié un poco de teoría y solfeo, pero creo saber apreciar y valorar la música. Desde el death metal extremo hasta la delicadeza del Canon de Pachelbel, me parece que la música es una de las expresiones artísticas más liberadoras del ser humano.

Pero lamentablemente el ser humano lucha día a día no por salir de la alienación de la sociedad moderna, sino por mantenerse alienado. Des-alienarse no significa volverse socialista, ni marxista, ni luchar contra el capitalismo y el "American Way of Life". Esto no es desalienarse, es estupidez ("bullshit"). Todos tenemos que trabajar para ganar el sustento y colocar nuestro grano de arena para el progreso de la humanidad. ¿Qué es entonces una persona "alienada"? Alienarse significa convertirse en otra pieza de la máquina que operamos, en una persona que calienta una silla de oficina durante ocho horas diarias, dejar pasar los días sin trascender de alguna manera, sentarse frente al televisor durante horas y horas y jugar Wii y Playstation y Nintendo frente al mismo televisor. Alienarse es ocuparse más de la moda que de lo duradero. Alienarse, en Europa, es el joven que prefiere asistir a los "botellones" en lugar de asistir a las bibliotecas, a los museos, a los teatros. El alienado no puede apreciar la belleza, aunque esté en el mejor teatro. Para el alienado, la belleza es la cabellera rubia de Britney Spears, la seguridad de la rutina, el miedo a todo lo extraño, mientras que para el hombre libre, la belleza está en todo aquello que le permite pensar de modo diferente.

Saquen Uds. sus propias conclusiones. Es posible que no estén de acuerdo conmigo. En todo caso, ya que muchos de los lectores de este blog probablemente se consideran católicos, tenga al menos piedad del artista que encuentra en el Metro. Además de que Dios le agradecerá el acto de caridad, Ud. no sabe cuándo puede aparecerse Joshua Bell o algún otro famoso. O el mismo Dios. Recuerda la canción de Joan Osborne, What if God was one of us... Just a slob like one of us... Just a stranger on the bus... Tryin' to make his way home...

Arriba, segmentos del video de Joshua Bell, en la estación de Metro de L'Enfant Plaza, en Washington D.C.

http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2007/04/04/AR2007040401721.html

http://www.elpais.com/articulo/cultura/belleza/pasa/desapercibida/elpepucul/20070409elpepucul_1/Tes

http://www.ojosdepapel.com/Index.aspx?blog=409

http://www.elmundo.es/elmundo/2007/04/10/comunicacion/1176170531.html